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La vida se vive...en colores

Por María Soledad Molina C.
Psicóloga.

         Todos nos hemos sentido alguna vez experimentando eso que llaman depresión o bajoneo ¿no? Y claro, sentimos que el mundo se nos cae encima y que nada importa ya, que no hay soluciones posibles para nuestros problemas, porque lo que sentimos no nos deja ver la dimensión real de las cosas. Es como si nos pusiéramos los lentes más oscuros que encontráramos y a través de ellos definiéramos el mundo y nuestras experiencias ¡Todo oscuro!.

Pero la verdad es que en la vida y la naturaleza muchas cosas, sino todas, son cíclicas o cambiantes. Los días no son todos nublados o todos asoleados, hay días nublados y asoleados como también otros de huracán y otros de calores o calma  extremos. En nuestra vida pasa algo similar: una vida no puede ser plana, guiada por un solo estado de ánimo siempre, tiene matices. Además, si no nos deprimiéramos a veces ¿cómo podríamos distinguir entre estar bien y mal?, ¿entre estar alegre y bajoneado?.

         Muchas veces pensamos que somos los únicos que sufrimos estos decaimientos, pero es mucho más normal y común de lo que parece. De hecho, podría decirse que todos pasamos por depresiones en nuestras vidas, aunque no todos las definimos y enfrentamos de la misma manera, cada uno le otorga su propia significación y actúa en consecuencia. A veces es bueno elevarse de la tierra y verla desde lejos, como cuando vemos imágenes del planeta desde el espacio, ver los autos cada vez más pequeños, las islas, los mares, hasta no distinguir nada y ver lo insignificantes que muchas veces son nuestros problemas ante esa inmensidad. Hay miles de personas que tienen quizás los mismos o peores dificultades y que aún así le sonríen a la vida.

         Incluso dentro de la misma depresión hay altos y bajos. A veces es como una montaña rusa que tiene subidas y bajadas. Muchas veces estos "bajones" se desvanecen con el tiempo, otras necesitan terapias, pero mucho tiene que ver la disposición que tenga la persona para darse cuenta de que la vida sigue y esto es solo un episodio. No es el fin del mundo. Hay que darse cuenta de que la vida es como un rayo de luz que traspasa un prisma y que, cuando nos deprimimos, vemos solo la luz blanca y plana que está a un lado del cristal, pero no vemos los hermosos colores en que se convierte del otro lado.

Debemos comprender que este trastorno afectivo (la depresión), no es algo  fuera de lo común en nuestra sociedad, ya que nos vemos constantemente expuestos a presiones y exigencias del medio que son difíciles de satisfacer o superar. El secreto está en no generarnos expectativas demasiado altas y tomar lo que la vida nos regala.

Solo hay que actuar, arriesgarnos sin pensar en éxitos o fracasos, sino en lo enriquecedor de cada experiencia y en que si hacemos algo, cualquier cosa, estaremos ocupando ese espacio que aprovecha "el bajoneo" para apoderarse de nuestra energía y de nuestros pensamientos. No cerrarnos a ideas catastróficas y desesperanzadoras que se nos vienen a la cabeza, sino abrir los ojos con fuerza, y ver esos colores al otro lado del prisma y esos días soleados que siempre han estado y que seguramente nos ofrecen quién sabe qué sorpresas, evidentemente...¡agradables!.